sábado, 3 de septiembre de 2011

De la evaluación talla única a la evaluación por tallas

Evaluación talla única á evaluación por tallas. Con el desarrollo de las Tecnologías de la información y la comunicación, la evaluación de los estudiantes ha tenido una interesante evolución, pasando de la evaluación talla única (la misma para todos los estudiantes de un curso) a la "evaluación por tallas". Esto se logra mediante la novedosa metodología denominada Teoría de Respuesta al Item (TRI). Esta consiste en determinar el grado de conocimiento adquirido por cada estudiante y la posibilidad de cambio de preguntas (para hacerlas más fáciles o más difíciles) de acuerdo a las contestaciones que éste va haciendo en el transcurso de un examen. Así, la prueba se "ajusta" a las capacidades de cada estudiante.
La pregunta que hay que hacer es ¿Qué mide entonces una prueba TRI? O mejor ¿Qué se logra medir en un curso si medimos a los estudiantes con distinto rasero? A primera vista este sistema parece a todas luces injusto e inequitativo. Hacer una prueba a medida del estudiante y no de los contenidos que este debe manejar en un determinado momento, no parece indicar cuál es el verdadero nivel de logro que el estudiante tiene sobre determinado asunto.
Pero analicemos esto con cabeza fría. Este novedoso sistema de evaluación pone en jaque al sistema educativo de casi todos los países de América Latina, incluyendo a Colombia. En efecto, nuestro sistema educativo está pensado para ser desarrollado por grados. No es posible que un estudiante esté entre dos grados. O está por ejemplo en sexto grado o en séptimo. No puede estar en un grado intermedio entre estos dos. Este sistema de distribución riñe con la exigencia que se hace desde el decreto 1290 que obliga a determinar los niveles de desarrollo y los ritmos y estilos de aprendizaje de los estudiantes.
Para hacer esto posible, bien podría al menos pensarse por ejemplo en una distribución por semestres y no por años como está ahora. Es prácticamente imposible que no exista reprobación de algunos estudiantes. El anterior decreto 0230 de 2002 había "solucionado" esto obligando a las instituciones a promover como mínimo el 95% de los estudiantes cada año. Esto condujo a un retraso de nuestro sistema educativo ya que se convirtió en una promoción automática disimulada y prácticamente retiró el esfuerzo individual de las aulas de clase.
Además, la evaluación en Colombia está pensada para que sirva como medida de desarrollo de unos estándares de competencias, que dicho sea de paso, deben ser los mismos para todos los estudiantes del país, independientemente de las condiciones socioeconómicas en las que se desenvuelve el entorno de su sistema escolar.

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Competencias evaluativas y habilidades digitales para el siglo XXI.